Nisiquiera dias antes de entrar a Azerbaijan yo era consiente de a donde ni el mundo maravilloso al cual me dirigía, el año pasado había intentado hacer éste viaje y no había podido, éste año había comprado los billetes de avion con 6 meses de antelación y yo aún no sabía porqué hacía ésta viaje al cercano oriente en el mes mas caliente del año, decidí planear éste viaje por dos razones: la primera era que sentía que tenía en mis manos la oportunidad única y cómo ven, ilógica de visitar éstos tres paises poco comunes (Azerbaijan, Georgia y Armenia) y que si no la tomaba tal vez nunca lo haría, la segunda razón era que el año pasado había recorrido en BMX las rutas de Rumanía y Moldavia hasta sus fronteras con Ucrania y fue uno de los mejores viajes de mi vida, así que aunque 3 países de los que no estaba ni interesado ni sabia nada, yo estaba seguro de que sería una experiencia increíble.
Intenté cambiar mi plan e ir a Iran
Si, tan desinteresado estaba de éstos países que intenté obtener mi visa para el desconocido Iran e ir desde Azerbaijan, pero no pude pasar el primer filtro del visado y no aceptaron mis papeles en el consulado Iraní de Paris. Terminé yendo a éstos tres países insensatos cuyos vecinos son nada menos que Irak, Turquia, Turkmenistan, Iran, Rusia….
Resumen de mi viaje a Azerbaijan
Recuerdo el tiempo precioso de la ruta cómo un segmento perdido de la memoria y las fotos y videos me aseguran afanosamente que fué cierto el viaje más increíble de mi historia, en éste viaje que duró 8 noches recorrí 600 km, unos 200 con mi bmx sin frenos, y ví paisajes y vi gente sin igual en la ruta y ellos me vieron, quedé en sus memorias, hice el único backflip en BMX de la historia del país (video esta abajo), días de BMX con los chicos locales, para completar la escena compartí cama con dos lindas chicas Azeris que me hospedaron en Baku, crucé la frontera hacia Georgia pedaleando y pensando en amores pasados y futuros y lo más importante de todo, regresé a casa sano y salvo!
Todo comenzó en Baku
En el que sería uno de los mejores días (y noches) de mi vida, Aterricé en Baku, capital de Azerbaijan al medio día, mi bicicleta estaba hábilmente envuelta en plástico de embalar maletas y estando el Aeropuerto lejos de la ciudad yo podría haber recorrido la peninsula petrolera, pero me fuí en un bus hacia el centro donde mis amigos estaban esperándome para montar, armé mi bici en el patio de un edificio donde la gente tomaba té caliente en los pasillos, llegué al malecom con el calor de la tarde y vi por primera vez el mar Caspio, para saber si el agua era potable compré unas especies de empanadas y pedí que llenaran mi botella, pregunté si podía beber agua y dijeron que si, unos días después me enteré de que el agua no es muy potable, locales prefieren los refrescos y los extranjeros agua embotellada. Nunca me enfermé.
Encontré a los chicos en Bulvar park, un paseo peatonal que recorre buena parte de la costa, me quité el pantalón para ponerme las rodilleras sin saber que no es permitido, unos dias después cuando montando me quité la camisa por el calor, llegó uno de los chicos malosos del skatepark quien me pidió que me la pusiera por que no era decente para su madre y hermana, le pedí disculpas y me la volví a poner. Hacer BMX en la capital de un país petrolero del desierto es una aventura, las calles y su tráfico, la gente con sus rostros de país lejano, el idioma, la música que no suena a salsa o vallenato, y yo dia y noche subido en mi bicicleta esquivando turistas Irakies, Turkos, Rusos o y Saudies, con sus esposas cubiertas desde la coronilla hasta los talones, genial.
Aytak, la chica Azeri
El primer día de mi viaje que duraría 21 días fue el mejor, el más espectacular, y eso que hubo otros días increíbles, pero éste día, cuándo pedaleé gran parte de la ciudad haciendo mis trucos con mis nuevos amigos, fue completo día y noche, Aytak, la chica con la que me quedaría esa noche me esperaba con sus amigas en un lindo café del centro llamado “music nest”, donde pagó por mi té de menta, luego paseamos por el centro de la ciudad, lugares que yo ya había recorrido en bici, y nos sentamos en un sencillo restaurante donde tampoco pagué mi bebida, la chica no por amabilidad sino de forma tan innata en ella que era natural se ofrecía a llevar mi mochila, cargar mi bici y pagar el taxi, pusimos mi bici en el taxi y salimos del centro hasta su gran apartamento del piso 16, habitado por dos chicas, donde me asignó el cuarto principal. No les mentiré al decirles que esa noche, yendo de un sitio al otro, compartí cama y sofa, con dos de las chicas mas lindas que vi en Azerbaijan.
Primer backflip en la historia de Azerbaijan
Segundo día en el país, ya había visitado con prisa de peligro el sencillo y único skatepark del país y éste segundo día solo me levanté con una idea en la cabeza: un backflip. Pasó que entré a Azerbaijan y hacer el primer backflip de la historia del país se metió en mi cabeza, pero el skatepark estaba muy resbaloso, lleno de chicos maleducados que se ríen de las caídas, mi amigo con su bicicleta, la cámara y todas las maletas encima para que no las roben y de repente comienzan a ayudarte a controlar el tráfico sin saber lo que está pasando y es en ese momento donde cómo una avalancha inevitable te cubre la situación y la locura se mete en la cabeza pero en ese delirio controlas a la locura y a tu tu bicicleta. El resultado es satisfacción de algo que querías y que tenía que ser hecho. Locura controlada. veo el vídeo y no me lo creo.
Ese dia recorrí unos 20 kilometros, fui a Yanar Dag en un dia de calor de verano de desierto, estaba preocupado porque la noche fué larga y necesitaba fuerzas para hacer el backflip que tenía planeado, regresé a la ciudad en un bus publico que me dejó muy al norte, donde encontré restaurante donde te dan un pequeño cubículo hecho con cortinas, donde después de almorzar carne con salsa y ensalada, la gente fué muy amable, me quedé dormido una hora y no me despertaron y recuperé las fuerzas, luego pedaleé todo el norte hasta el centro donde me encontré con mis amigos para montar, no querían ir al skatepark por miedo, siempre esta lleno de malosos y ladrones, pero allí llegamos, fue muy difícil tomar el impulso, después de una caída por culpa del piso resbaloso y de otra caída mas, pude hacer el backflip, todos estaban muy contentos, pero tomamos nuestras cosas y nos fuimos de allí lo más rápido posible.
Sheki
Pasé tres o cuatro dias en la capital, pero ya era hora de irme, la ciudad me ofrece tantas emociones que puede distraerme de los placeres de la ruta y el campo abierto, en la ciudad tienes gente, amigos, comida y diversión, aparentemente conoces la cultura del país solo visitando la capital, pero lo cierto es que con la bicicleta es genial recorrer las ciudades pero el alma de la vida se encuentra en el campo y la soledad de la ruta permite apreciar lo grandioso del país.
La ûltima noche la pasé en casa de un chico Sirio llamado Albert, estudiante de medicina, con quien hablamos de chicas y me contó también mucho sobre el conflicto en su pais y porque estudiaba ahora en Azerbaijan, me dijo que era difícil encontrar visa para otros paises pero Azerbaijan lo aceptó muy fácilmente, en la mañana desperté y salí hacia el norte, tomé la calle principal y pronto crucé los limites de la ciudad, mi destino era el pueblo de la chica Azery, Shamakhi, a unos 150 km era demasiado lejos para irme en mi bicicleta sin frenos y la estacion de autobuses estabá en el camino, fuí allí pero me fue realmente imposible conseguir un bus, el alfabeto era incomprensible y nadie me entendía a donde quería ir, cuando encontré el bus, resultó que solo partía temprano en la mañana y ya había mucha gente esperando por un posible segundo bus, intenté subir a otro bus que iría a un pueblo cercano y no me dejaron subir mi bicicleta desarmada, era verano y haría 40 grados al medio dia pero estube muy cerca de simplemente regresar a la autopista e irme pedaleando sin rumbo fijo y sabiendo que solo podrîa hacer unos 30 kilometros por dia, nisiquiera podía comprar el tiquete de bus porque en cada fila en taquilla que hacía me decían que no era la taquilla correcta, y finalmente vi un bus grande en dirección a Sheki, vi que Sheki era al norte aún mas lejos que el pueblo al que quería ir, tambien al norte y pensé que simplemente bajaría en la mitad del trayecto y ya vería como llegar a mi pueblo, compré el tiquete y subí mi bicicleta con tanto tiempo que pude almorzar en el restaurante de empleados de la terminal. Al final éste bus tomaba una ruta via sur completamente diferente, bordeando las montañas del sur para luego tomar una via hacia el norte, bordeamos la costa sur, vi mucho el mar y me arrepentí de no hacer el trayecto en bicicleta, pero unos 100 km mas adelante comenzamos a subir las montañas y me di cueta que habría sido imposible hacerlo con mi BMX sin frenos, las montañas eran áridas y parecia que no había nisiquiera pueblos, Sheki era un destino muy turístico, para los típicos viajeros de la región, Irakies, Afganos, Turkos, y lo había sido por miles de años en al ruta de la seda.
La ruta
Eran 150 kilómetros desde Sheki hasta mi siguiente destino, Gandja, ya había visto gran parte de la ruta desde el bus y la ausencia de cosas, el mal estado de la carretera, las subidas y sobretodo las largas bajadas por las colinas (no tengo frenos) me hicieron pensar en tomar un autobus desde Sheki, encontré difícilmente la bulliciosa calle de donde salían los minibuses pero no encontré el minibus entonces comencé a buscar coches que me llevaran, fijandome encontré y seguí camionetas y camiones, a los que pude hacer saber mi destino, no podían llevarme, después de un rato decidí ir a las afueras del pueblo y esperar en la única carretera de salida, a medida que me alejaba del centro se profundizaba la sensación de inmensidad y lo desconocido, en algunos trayectos nisiquiera podía frenar y el descenso animaba lo inevitable, mas tarde subí a la camioneta de un hombre que me llevó algunos kilometros más allá de las afueras y me dejó en medio de la carretera, donde lo más lógico fué avanzar pedaleando, comencé a descubrir pequeñas cosas de la ruta, pequeños cacerios siempre adornados por los Lada de colores, puestos de fruta, granjas, trabajadores de carretera, me alejé y me alejé hasta que los 150 km del destino se hicieron 140, 130, 120, y me cansé, me senté y esperé un par de horas hasta que fuí recogido pour un loco conductor de camión que conducía descalzo y a toda velocidad mientras compartíamos una coca cola, la ruta era mala y atravesaba las montañas del nor-este Azeri, me dejó en algún lugar de la autopista desde donde faltaban unos 90 kilometros hasta Gandja, en algun lugar del recorrido tenía tanta hambre y hacía tanto sol que me sentía un poco desolado, pero apareció de la nada un restaurante de carretera, donde siendo el único cliente y a la vez tan exótico fuî recibido por toda la familia, incluido el abuelo borracho a quien tuvieron que alejar de mi mesa a la fuerza para dejame en paz con mis brochetas deliciosas de carne y mi ensalada. Me alejé pedaleando con el estomago lleno y saludando con la mano a los curiosos que me vieron partir, una escena que quedará en mi memoria.
Gandja
Llegué a Gandja en una camioneta de una familia que me recogió a las afueras de Yevlakh, el sol se ocultaba y aún me quedaban unos 30 km, desarmé fácilmente mi bicicleta y esperé en la autopista, esperé mas o menos dos horas hasta que me recogieron, me dejaron en la ciudad desde donde pedaleé a la casa de mi host, un Azeri exmilitar e ingeniero quimico quien me ofrecía un sofa, y eso fue lo que me dió, ni almohada, mi cobijas pero me hizo una rica cena y me contó sobre la guerra con Armenia. Al dia siguiente quedé solo en su humilde apartamento, que lucía asi:
Recorrí todo lo que pude Gandja, ví el centro con bastante qgrqdo de no ver turistas, hice algunos trucos en la bici filmados por transeuntes, almorcé y pedaleé todo el día hasta que decidí irme hacia Gazakh, un pueblo que quedaba a unos 100 km al norte con el ánimo de pedalear los 50 km hacia la frontera con Georgia, Gazakh era una ciudad bonita en el campo, con un lindo paseo bordeando el rio, donde pude cenar como lo merecía por tan grandioso recorrido, todas esas horas de sencillez y soledad las pasaba pensando, poder pensar a sus anchas es uno de los grandes placeres de viajar solo. Al otro día salí tan temprano que en el hotel donde me quedé no notaron mi salida, desayuné yogurth y salchichas y compre provisiones para el día.
De Azerbaijan a Georgia
Todos esos kilometros los recorrí con gusto, crucé la linea de los 500 kilometros de separación con la capital, había recorrido medio millar de kilometros!!! a medida que me acercaba a la frontera con Georgia los puebos se hacían mas pequeños, la gente mas humilde y el paisaje más peculiar, recorrí los ultimos 10 km de manera gloriosa, avanzaba vigorosamente mientras recibía saludos de lado y lado de la carretera, sentía mi deber y mi placer responder a los saludos, sabía que yo quedaría en la memoria de los niños, como ellos quedaron en la mia, y finalmente llegué, no prolongué la travesía; crucé la frontera pedaleando, pasé inmigración con la bicicleta en la mano , respondí las preguntas típicas al lado Azeri y al lado Georgiano, cambié dinero con un hombre en el lado Georgia y a las 5 de la tarde estaba ya rodando en Georgia y con mucha hambre almocé lo de siempre: lo que hubiese, solía pedir carne y ensalada y ellos traían eso…. delicioso y barato.
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