Fue tan bueno ir a Suiza que fuí dos veces ese verano del 2020. Junio de 2020, fin de la cuarentena que duró casi tres meses en Francia, abren las calles y las fronteras y todos salimos con ése sentimiento de timidez y miedo de tocar en la calle cualquier superficie o objeto infectado y hasta producía también temor tomar un poco de aire, respirar.

Después de confirmar que las fronteras estaban abiertas compré unos billetes de tren hacia Zurich, muchas veces un pequeño tramite, una sencilla decisión termina con el periodo típico de dudas antes de viajar, la incertidumbre, los miedos, todo se confirma y el viaje internacional toma forma con la compra de los billetes de tren, y llegado el día simplemente me fui pedaleando hacia la estación de tren, realmente llegué pedaleando hasta la puerta del vagón del tren y por cortesía la desarmé un poco y la monté al tren, 4 horas mas tarde estaba desembarcando en la estación de Zurich, no solamente había dejado Paris, había dejado Francia y estaba en otro país, el famosísimo pais de Suiza, aunque Suiza fue el primer pais continental Europeo que había visitado muchos años atrás

en el 2007 desde Londres, las cosas habían Cambiado, estaba bajando del tren con mi bicicleta, había dejado a mi pequeña hija bien a salvo en manos de su madre y yo tenía toda una semana para pasar en Suiza. Cómo dije, fui dos veces ese verano, la segunda vez no lo hice solo, mi amigo Camilo y su bicicleta vinieron conmigo

El primer dia recorrí Zurich, visité skateparks y recorrí calles con todo el tiempo libre que tenía antes de partir hacia el pueblo de mi amigo Mauricio, quien me esperaba allí en la noche, al medio dia me senté en la terraza de un café y comí una sopa de lentejas con ensalada, porque no? era mi primer dia de vacaciones.

Eran 25 km hasta el pueblo de Mauricio, había calculado hacerlos en tres horas, al final me tardé unas 5 y aprendí porqué Suiza es conocido por las montañas pues tomé u simple desvio y terminé atravezando colinas y rutas secundarias que subian y bajaban las laderas de pequeñas montañas.

Los siguientes dias los pasé en un pequeño pueblo Suizo, con buenos amigos y nuestras bicicletas, en la mañana se puede salir a tomar un baño en el lago, o buscar leche en alguna de las fincas vecinas, siempre hay buen pan de supermercado que va muy bien con mermelada, tambien de las fincas.

 

Un dia volvimos a Zurich para rodar con los locales, Alemanes, Suizos y Colombianos recorrimos las calles buscando retos para despues regresar a casa a preparar la cena, fueron buenos dias.

 

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