Llegué a Asunsiòn de Paraguay desde Bolivia, dejé mi bicicleta en Santa Cruz de la Sierra, donde pasé un mes completo trabajando y montando en bici. Mi destino eran las cataratas de Iguazú, pero me encontré con un pais inimaginado, es decir, en el que Yo no había pensado a fondo, podrìa decir que no se sabe mucho de Paraguay, tu.. a cuantos paraguayos conoces? un país con multiples lenguas y una herencia Guaraní.

 

Ahora, pasando a mi experiencia, sentí un poco de miedo, las calles estaban solas, muchas personas vestían ropas humildes y trajinadas como las que Yo vestía unos años atrás, como las que se deberían llevar con orgullo en Suramerica pero que lastimosamente para el ojo de un turista son un indicador de pobreza, la misma que mi familia pasaba también hace unos años.

De Asunsiòn recuerdo las calles iluminadas por el fuerte sol, los indígenas acampando en los parques, las multitudes en la estación de bus, la gente cargando sus teteras para tomar mate y el rio, con un policìa que se acerca y me habla, contándome que aunque no tienen mar, tienen mucha suerte que tienen por tener el rio que los lleva hasta el mar en la costa Argentina y me dice le gusta Colombia porque fue el ùnico paìs que les ayudò en la guerra y que tenemos muy buen futbol.

Me tomè una cerveza sentado en el anden pero me sentìa en una calle peligrosa en de Bogotà. Iguazù està solo a 5 horas en bus, 5 horas llenas de paisajes suramericanos, y la llegada a Ciudad del Este, una ciudad que me pareció un poco desordenada, tal vez porque parece incrustada en las montañas selváticas Paraguayas, donde debe ser difícil desarrollarse, no me quedè allì, fuì a Iguazù, una ciudad un poco mas moderna a la que se llega caminando cruzando el puente de la amistad que separa Argentina, Paraguay y Brasil.

Iguazù es increíble, hice el recorrido y en la tarde me quedò tiempo para comer muy bien en el lado Brasilero y regresar a Asunsiòn, al siguiente dìa tomarìa mi vuelo de regreso a Bolivia.

Caminando desde Brasil hasta Paraguay a través del Puente de la amistad, en el rio Paraná. Al otro lado esta la caseta de inmigración paraguaya, cometí un error al no sellar mi pasaporte al salir de Paraguay, y al entrar de nuevo al país, en Ciudad del Este, donde parece que alguien te va a robar o a vender algo en todo momento, un oficial de inmigración me quería cobrar una multa de 160.000 guaraníes para dejarme pasar, acepté pagar la multa, para eso tuve que salir y conseguir Guaranies porque no me alcanzaba el dinero, al pagarle, el oficial me dijo “te lo dejo en 150.000” y me selló el pasaporte, yo salí contento por lograr pasar la frontera, pero 10 segundos después pensé “me tumbaron!”.. ahhh ¿quien pelea con un oficial de inmigración? no, paila… caminé como 4 cuadras, algo triste, y decidí volver a inmigración. Volví y le pedí al man un recibo, el man se puso nervioso y me devolvió 70 guaranies. Un buen trato, segunda extorsión internacional. Ahora a buscar un bus hasta Asunción.
Al salir de Paraguay la policía de inmigración me detuvo, me llevaron a un lado y me preguntaron lo de costumbre, que hacia un Colombiano en Paraguay y cuanto dinero habìa gastado, Yo dije que unos 100 dolares, no me creìan, pero eso fue lo que me gastè, pasando las páginas de mi pasaporte me preguntò uno por uno quien habìa pagado mis viajes a China, Japon, Tailandia, etc, y uno a uno contestaba que yo mismo. Al final me creyò y seguì mi camino hacia el avión.

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