Futbol Zagora
Niños juegan futbol en Zagora

 

Y que demonios tenia yo que estar haciendo en Marruecos, no solo eso, tres horas mas allá del fin de la carretera en el medio del desierto en un jeep 4×4 y durmiendo en una tienda con los nómadas? Y tenía el gobierno Frances que negarme la visa Europea para que yo decidiera saltarme Europa y visitar éstos parajes remotos de otra época?

Y por qué no me gasté éstos 200 euros que me gané en una sola noche de trabajo de bicitaxista en Londres, noche de suerte en la que gané 7 comisiones por llevar desgraciados al club de strep tease? e iba yo a saber que recorrería los 500 km en carretera con un banquero Marroquí que tenía el mismo objetivo que yo, ver el Sahara? personaje de nombre Mohamed y con el que compartí buses, taxis y hotel.

Con Mohamed hablaba en mi escaso Francés de la época y él a su vez me presentaba en árabe con la gente con la que nos cruzábamos, seguramente yo pasaba por un Español, o mejor aún, por un local más, cosa que caía de maravilla a mi sed de explorador y de hacerlo lo más barato y local posible. Mohamed compraba nuestra carne en carnicerías y nos la cocían en los restaurantes, donde siempre nos recibian con té y pan árabe.

Y es que necesito ver éstas fotos para recordar que mi ultima noche en Marruecos, por algo que yo llamo locura del aislamiento, quería dormir escondido en algún rincon de un Hotel, y llegué a escabullirme en uno y probar la cerradura de varias de las habitaciones? para luego recapacitar y desechar la idea y despues de recorrer las calles en busca de “lo que no se me ha perdido” me registré en un sencillo hotel y que al otro dia, habiendo madrugado tanto casi pierdo mi avion a causa de la Marathon de Marrakesh, que nunca vi, y que me retuvieron 4 horas en el aeropuerto de Londres y me revisaron hasta la billetera, las fotos y tube que explicar quien era aquel personqje Mohamed? Me liberaron mas rápido que a los Croatas que detuvieron conmigo.

“Usted, Colombiano que viajó solo a Marruecos, eso es sospechoso….”

Y el camino recorrido, cuando los escenarios son tan novelescos uno se siente parte de una película, pero nada de nervios, es solo una pelicula que cuando termina te dices “pero que aventura acabo de pasar”, porque aunque yo vengo de barrio, de campo Colombiano donde adultos y niños andaban con un machete en la cintura, o en la ciudad donde convivíamos con toda clase de peligros, aunque yo Colombia, Marruecos estaba 20 años mas retrasado, retrasado de que? a que le llamamos moderno? edificios, trenes, internet? tal vez Marruecos estaba simplemente suspendida en algún momento cultural entre 1700 y 1980, hecho de mi absoluta satisfacción porque ya no deseo viajar al pasado para descubrir un Marruecos real, como si lo deseo con Japon.

Antes de ver el desierto de arena que se extendía hasta el horizonte, y las montañas nevadas del Atlas vi la ruta, vi pueblos y gente, la gente es lo mio, no los paisajes, las cuevas talladas en las montañas no me atraen tanto como la gente que se atreve a vivir en ellas en pleno sigo 20, los pueblos edificados de arcilla y los niños que disfrutan un partido de futbol o esos que no tienen bicicleta sino burro, los hombres que me hospedaron en Mhamid, el ultimo pueblo de la ultima carretera, su comida y el viaje al desierto, por primera vez en mi vida vi galaxias, veia sus y los cúmulos de estrellas y sus estelas brillantes, hasta veia los satélites atravesar el cielo, canté con los nomadas embriagados por la noche de un frio plácido a falta de alcohol, nos vi detenernos ante un carro aún humeante, si se incendió o lo incendiaron no lo entendí, pero al otro dia ya estaba desvalijado, entré a casas y me quedé dormido en un esplendida sala árabe incapaz de seguir la conversación en Frances de los anfitriones.

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